Casa Palet es el legado de un histórico negocio local emplazado en el barrio de Sant Gervasi de Barcelona. En el chuletón de Casa Palet, los clientes han encontrado, dicho por ellos, uno de los mejores chuletones de Barcelona.
Regentado por Alex Palet, tercera generación de un colmado en origen inaugurado en 1920 por su abuelo. Hace algo más de una década, decide abstraerse de su vida profesional para dar rienda suelta a su pasión más fidedigna: la gastronomía.
Es el momento en el que nace un novedoso y atractivo concepto culinario. Casa Palet es, hasta el día de hoy, una charcutería con degustación y cocina. La sensación es la de encontrarse en una charcutería, con una extensa exposición de vinos y, grandes mostradores de embutidos, selectos quesos y, en la parte central, la carne expuesta. Chuletones Vacum de lomo alto y lomo bajo.
Para Alex, las exigencias en estándares de calidad son nítidas e indudables. Su manifiesto cárnico se reduce a la raza de vaca vieja, con alto veteado y maduración aproximada de 30 días con un margen de variación de 5 días. Y los comensales son el más legítimo aval de la certeza en la elección. Tanto es así, que los chuleteros, de unos 23 kg, apenas duran cuatro días.
El cariz diferencial de Casa Palet se erige sobre tres frentes. En primer lugar, un producto de primeras calidades, por encima de cualquier otra posibilidad. Un producto preparado tradicionalmente, alejada del demoledor auge de la nouvelle cuisine sin perder la esencia de una materia prima excelente. Donde la materia prima es el 80% de la esencia del plato. El otro 20% es el cariño que le ponga el chef. En el chuletón de Casa Palet, los clientes han encontrado, dicho por ellos, uno de los mejores chuletones de Barcelona. Y es la más legítima demostración del buen saber hacer.
“Cuando el cliente viene, abre la carta y me pregunta sobre nuestra especialidad, le digo que salgas feliz. A partir de aquí dime qué es lo que quieres y yo intentaré hacerlo de la mejor manera posible”
Y, en tercer lugar, un sumo cuidado del comensal, la recuperación de la desdeñada química entre un cliente y el propietario de un local. No en vano, cuenta Casa Palet con una bodega confeccionada con más de 350 referencias a escoger, en constante y aireada innovación de la mano de Alex Palet.
El chuletón Vacum, una de las joyas icónicas de la cocina, es pasada por el fuego con especial predilección y mimo. Primero se le da un golpe de sellado por los cuatro costados para que todos los jugos permanezcan en el interior de la carne, para después filetearse al estilo tataki japonés, en cortes muy finos. Compactada de nuevo, rematan la carne con un golpe de horno de entre 3-8 min en función del punto de cocción. ¿Lo mejor? La incontestable adaptabilidad a las preferencias de peso del comensal. Uno más de los atractivos de este histórico establecimiento.
Así, Casa Palet es la esencia de cerca de 100 años de historia erigidos sobre un lugar que acumula experiencias gastronómicas gratificantes y únicas. Un auténtico espacio de rendición a la mejor materia prima y producto de temporada.